Te decimos cómo hacer una estructura efectiva para el desarrollo del talento humano por medio de técnicas especializadas en la gestión de personal.
Una empresa es mucho más que sus activos fijos o sus ganancias, lo que realmente le da valor a una empresa es su gente, su equipo, aquellas personas que gracias a sus conocimientos y habilidades hacen posible la operación diaria de la compañía; por ello, es de suma importancia el procurar el desarrollo de talento humano en las organizaciones.
A todas las empresas les gustaría tener la mejor plantilla posible, pero no todas saben cómo hacerlo. No se trata solo de realizar procesos de reclutamiento y selección de personal, ese es únicamente el inicio de la relación laboral, lo que viene después es lo que realmente determinará el éxito o fracaso de una persona en su puesto de trabajo.
Para que un colaborador alcance los resultados deseados o incluso supere las expectativas es necesario desarrollar su talento, es decir, encauzar poco a poco sus habilidades para que sean aprovechadas en favor de los objetivos trazados.
Cuando hablamos del desarrollo de talento humano en el plano laboral, nos referimos a un conjunto de políticas y acciones que se toman de manera institucional con el fin de fomentar el crecimiento profesional de sus colaboradores.
El desarrollo del talento humano se vale de procesos y sistemas de gestión eficientes que permiten desarrollar al máximo el potencial de cada persona.
El objetivo es crear mecanismos que garanticen el aprendizaje continuo de los miembros del equipo para que puedan realizar sus labores de forma correcta, además de relacionarse entre sí bajo condiciones de respeto, armonía y dignidad.
Uno de estos métodos para mantener al personal capacitado y ejercitando virtudes como la creatividad y la tenacidad, es el plan de desarrollo de talento.
El talento de una persona es difícil de medir, aun cuando existen herramientas psicométricas para evaluar las distintas inteligencias de una persona, por ello el plan de desarrollo de talento es un instrumento que te ayudará a establecer parámetros efectivos para cuantificar el avance de un colaborador.
El desarrollo de talento debe darse a lo largo de toda la relación laboral, por lo que necesita de una estructura para garantizar su efectividad y correcta ejecución.
El plan es una guía que se ayuda de representaciones gráficas, generalmente digitales, para trazar la ruta del aprendizaje continuo que deberá seguir el empleado. Para cumplir con el objetivo, el plan de desarrollo de talento requiere de algunas fases fundamentales: planificación, análisis de equipos humanos, evaluación del rendimiento, formación, reconocimiento y retención del talento.
Para cimentar las bases del plan de desarrollo de talento se requiere tener en cuenta los objetivos específicos de cada posición en la empresa, es decir, qué conocimientos debe el empleado adquirir, qué capacidades deben emplearse, etc.
Una vez resuelto esto, se deben especificar las actividades necesarias para que se produzca el crecimiento deseado, como capacitaciones, seminarios o talleres.
Otro factor fundamental para realizar una buena planificación es el tiempo. No se trata de dar ideas al aire, sino de formalizar una estrategia de trabajo, por lo que la calendarización de las acciones es imprescindible.
El siguiente paso a la planificación es el análisis de los equipos; el cual tiene por objetivo generar un diagnóstico de las capacidades, habilidades y costumbres que tiene cada persona en tu organización.
En esta etapa existen herramientas digitales creadas por especialistas multidisciplinarios que te ayudarán a realizar una medición objetiva de las características más relevantes.
Esto se debe realizar antes, durante y después del plan de desarrollo de talento, es decir, primero se debe calificar el desempeño regular de un trabajador y posteriormente observar cómo evoluciona con la implementación de la estrategia.
La evaluación del rendimiento puede efectuarse periódicamente con ayuda de un software especializado, mismo que te permitirá interpretar fácilmente los resultados mediante gráficas y métricas entendibles.
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Una vez que sabes en dónde estás, hacia dónde quieres ir y con qué elementos cuentas, es hora de fijar el rumbo y establecer las acciones que nos ayudarán a desarrollar el talento humano.
En esta fase podemos encontrar los cursos y capacitaciones que la empresa juzgue pertinentes para el crecimiento profesional, todas ellas deben ir apegadas a los objetivos trazados en la planeación.
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La última etapa del plan de desarrollo de talento consiste en estímulos positivos, tanto para el colaborador como para la empresa. Un ascenso, por ejemplo, representa un beneficio para ambas partes, ya que el empleado recibe un aumento de salario y la oportunidad de crecer en el ámbito profesional, mientras que la organización ahorra dinero y tiempo en un proceso de selección, además de minimizar el periodo de adaptación.
Por otro lado, la inversión en un plan de desarrollo de talento genera lealtad y compromiso hacia la empresa, por lo que aumenta la retención del personal.
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Invertir en el desarrollo de talento trae grandes beneficios para las compañías, comenzando por el incremento en la productividad, que es el beneficio directamente buscado, mientras más capacitado esté tu equipo, mejor realizará sus labores.
Otras ventajas son la menor rotación de personal y procesos de reclutamiento y selección, lo cual implica una reducción de costos. De la misma forma, al promover el crecimiento profesional se generan relevos más rápidos, produciendo mayor eficiencia en la operación.
Tener empleados motivados y contentos es otro de los beneficios más notables, algo que ayuda a que la empresa opere mejor y en menor tiempo.
Si te gustaría recibir una asesoría sin costo para implementar un plan de desarrollo de talento humano, escríbenos y platiquemos sobre tus necesidades.