¿Es posible medir tu rendimiento y desempeño? Claro que sí, la realidad es que existen muchas formas de realizarlo; sin embargo, el método OKR es uno que no solo te permitirá una medición precisa, sino que te brinda herramientas útiles para hacer tu rendimiento único.
Si bien es cierto que los objetivos y resultados son clave para organizar equipos, establecer metas y ayudar a medir la efectividad del mismo, es necesaria una herramienta que cumpla con esos propósitos.
De manera que hoy, te compartiremos una guía efectiva para implementar el OKR y así maximizar el rendimiento de tu equipo de trabajo.
El OKR o mejor conocida por sus siglas en inglés como Objectives and Key Results, es el método que indica objetivos y resultados esperados conforme lo establecido.
Es decir, los OKR dentro de una empresa permiten que todos estén alineados con en relación con los objetivos y resultados del negocio. En otras palabras, este método sirve de punto de partida para trabajar de acuerdo a un objetivo común desde un método de monitoreo y organización.
Antes de iniciar con el método OKR es necesario responder a las siguientes preguntas:
¿Hacia dónde se busca avanzar? Los objetivos que te propongas deben ser claros y aprobados por los líderes de la empresa.
¿Con qué métricas debes monitorear el Progreso? Múltiples especialistas recomiendan establecer entre tres y cinco resultados por objetivo.
Una vez que tienes definido tus objetivos y resultados, el OKR debe ser claro para que toda la empresa entienda cuáles son los objetivos, pues estos sirven de referencia para las metas trazadas. Además de que deben tener plazos para ser cumplidos, así como tener una persona responsable de acuerdo a un área en específico, es decir, un proceso de seguimiento y evaluación del personal.
Con esta metodología es posible comenzar con una elaboración simple de la propuesta que se llevará a cabo durante un tiempo determinado, misma que ayudará a medir los resultados y la productividad del equipo de trabajo. Para eso debes tener en cuenta los siguientes puntos:
Crea objetivos claros: La naturaleza de este método reside en ser claros y prácticos, de manera que ayude a los colaboradores a alcanzar los objetivos y mantenerlos enfocados en la meta.
Define plazos más cortos: Es importante que los objetivos OKRs no sean muy largos, pueden desviar el enfoque principal. De forma que los plazos cortos deben estar alineados para que el equipo tenga tiempo para lograr lo establecido.
Acompaña siempre los resultados: Durante este periodo, las reuniones de control permiten analizar el progreso de los OKRs, así como encontrar las dificultades y obstáculos que impidan al equipo llegar a la meta.
Por ejemplo, una evaluación semanal permitiría realizar adecuaciones necesarias para aproximarse al objetivo, sin perjudicar el ritmo de trabajo.
No exageres ni en los objetivos ni en los resultados: A pesar de que sea fácil establecer diversos OKRs, es importante mantener el enfoque y crear solo los necesarios. Te aconsejo crear entre dos y cinco, pues será más sencillo mantener el control.
Comparte los resultados: Uno de los beneficios de esta metodología es la transparencia; te aconsejo que todo el negocio tenga acceso a ellos. Otra recomendación es que todos conozcan los ORKs y los resultados obtenidos, de esta forma podemos motivar y asegurar que tanto los objetivos como los resultados clave sean claros para todos.
Entonces, ¿cómo el OKR ayudará en mi gestión de recursos humanos? Ya vimos que este es un método ágil para establecer objetivos, impulsar la transparencia, asegurar la alineación y el enfoque en torno a las metas establecidas.
Sin embargo, estos ayudan a todo el equipo de trabajo a centrarse en las cosas que realmente importan y de esta manera, llegar a un propósito común. Con este tendrás la gran ventaja de:
Establecer objetivos a nivel individual, en equipo y de empresa.
Alcanzarás metas ambiciosas.
Te ayudará a concentrarte en las tareas más importantes.
Tendrás enfoque, los OKRs lideran la toma de decisiones basadas en la importancia.
Transparencia y compromiso.
Bidireccionalidad y autogestión, esto debido a que los OKR no caen en cascada, sino que se crean equipos propios que se alinean de acuerdo a un objetivo.
Colaboración y empoderamiento, esto debido a que cada profesional tiene un papel fundamental para lograr estos objetivos.
En otras palabras, es tomado como palancas que accionan el engranaje y así alcanzar el objetivo. Pero no solo eso, sino que permite que cada profesional tenga y forme un papel importante dentro de esta metodología.
Como vemos, el OKR es muy útil y fácil de aplicar; sin embargo, no es la única herramienta que funciona y pueda ser aplicada para la medición del rendimiento. Existe el KPI o por conocido por sus siglas en inglés como Key Performance Indicators (Indicadores clave de desempeño), la cual permite hacer un seguimiento del rendimiento en valores medibles dentro de un proceso o proyecto determinado. Mientras que los OKRs tienen la finalidad de definir y alcanzar objetivos prácticos que van acompañados de resultados clave hacia una meta en común.
Estos procesos, que pueden parecer diferentes, son más parecidos y ligados entre sí, mientras que los KPI muestran el desempeño del negocio, los OKR determinan los objetivos y resultados que se esperan ser logrados. Dicho de otra forma, la diferencia está entre la medición y el indicador, tal como señalan sus siglas.
Una métrica (medición) es un número absoluto, mientras que un indicador es una información estratégica que permite evaluar el desempeño de un negocio. De manera que tanto el KPI como el OKR más que ser diferentes caminan de la mano.
Una vez que has comprendido que es un OKR y la diferencia o relación que tiene con el KPI. Debes saber que a la hora de aplicarlo dentro de tu negocio es necesario tener presente los siguientes puntos que beneficiaran tu decisión:
Un principal beneficio es su capacidad de medir progresos y actuar como una guía de buenas prácticas.
Tiene muchas ventajas.
Ayuda a alinear a los equipos de trabajo y promueve la colaboración entre diversas áreas de la empresa.
Es una estrategia eficiente de comunicación, ya que la información se entrega a todos los miembros del grupo.
Genera un nivel de compromiso deseable para alcanzar los objetivos.
Permite asociar varios resultados clave en un mismo objetivo.
Sirve para definir objetivos vinculados a acciones relevantes.
Aunque la meta sea ambiciosa, la redacción de los objetivos es sencilla.
Es un método flexible que se adapta a diversas situaciones, sectores y actividades.
Ayuda a convertir los objetivos en acciones para trabajar en una dirección.
Los OKR favorecen el enfoque y la atención.
Establecen responsabilidades.
Facilita a los equipos a comenzar a establecer objetivos y resultados para luego pulirlos.
Como puedes ver, la medición y propuesta de objetivos son importantes para mantener tu negocio siempre activo. En GDM, sabemos que esta no es una tarea fácil, sobre todo en empresas de más de 250 colaboradores, ofrecemos servicios que se adecuan a las necesidades de tu empresa y la implementación del software que te ayudará a gestionar tu capital humano.
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