Los colaboradores de una empresa son el activo más importante de la misma, ya que son ellos quienes determinan, mediante sus acciones, el rumbo que seguirá la organización. Por ello es indispensable encontrar formas eficientes para medir su desempeño, tal como la evaluación de 360 grados.
Se trata de un método en el que participan varias personas con el fin de calificar la actuación de un colaborador de una forma lo más integral posible, pues no intervienen sólo de los jefes o el personal de recursos humanos, sino también sus compañeros, subordinados, e incluso proveedores y consumidores.
Con la evaluación 360 es posible evaluar el desempeño de la persona desde todas las perspectivas, reconstruyendo su entorno laboral.
Gracias a la cantidad de información que permite recabar y valorar, este método es el más completo de los que se utilizan actualmente en las empresas, por ello, su uso es recomendado siempre y cuando se cuente con los suficientes KPIs estandarizados que garanticen resultados integrales.
También es necesario contar con instrumentos que ayuden a los participantes a realizar el ejercicio de la forma más fácil y clara posible. Actualmente, existen herramientas digitales que te permiten recabar, procesar y sintetizar grandes cantidades de datos, ordenarlos y presentarlos de forma amigable y objetiva para que la capacitación y el desarrollo de tus colaboradores sea fácil de visualizar y dar seguimiento.
Esto es fundamental, ya que el objetivo de la evaluación 360 es brindar una perspectiva más amplia y justa sobre el colaborador, por lo que los parámetros, así como las formas de calificarlos, debe ser clara y equitativa.
Si bien la evaluación 360 es una de las más recomendadas, existen otros métodos menos integrales, pero que a lo largo del tiempo han mostrado resultados, dependiendo de las herramientas con que se cuente.
Esta es una de las técnicas más antiguas para evaluar. Usa un formato unilateral, en el que son los jefes inmediatos quienes califican el desempeño del colaborador mediante la experiencia del trabajo diario, así como algunos otros indicadores que hayan sido establecidos previamente.
Con frecuencia, en este tipo de evaluación, los resultados finales son la unidad de medida más importante, con el fin de tener una base sólida para emitir juicios y no limitarse sólo a la subjetividad.
Aún así, al ser realizada por una sola persona, quien además posee autoridad directa sobre el trabajador, este tipo de evaluación no es la más recomendada actualmente, ya que sus resultados pueden verse sesgados, e incluso dar pie a situaciones injustas.
Este método se vale de un agente externo al entorno del trabajador para que sea quien recabe la información y realice la evaluación (puede ser un ejecutivo de recursos humanos).
En este ejercicio no se tomará en cuenta sólo las consideraciones del jefe directo, sino también las opiniones y observaciones de los compañeros y colegas de la persona a calificar.
Para que esta técnica se ejecute con éxito es necesario contar con indicadores precisos pero variados, mismos que permitan aprovechar la diversidad de juicio de las personas que participan en ella.
Para que la evaluación 360 sea lo más efectiva posible, existen varias técnicas y acciones que deben considerarse:
Autoevaluación. La opinión del colaborador también es importante, por ello es necesario conocer la impresión que tiene de su propio desempeño, con un enfoque lo más objetivo posible.
Cuestionario a evaluadores. Para esta técnica se utiliza un instrumento llamado rúbrica, en el cual se detallan los KPIs a utilizar. Una vez teniendo estos indicadores, se procede a entrevistar a los evaluadores, es decir, las personas que participarán mediante sus observaciones y opiniones.
Interpretación de resultados. Se refiere al proceso de vaciar la información por medio de los KPIs y utilizar los criterios previamente definidos para establecer un diagnóstico sobre el desempeño.
Presentación del plan de progreso. La finalidad del método 360 no es sólo medir, sino utilizar la evaluación como punto de partida para mejorar, por ello es fundamental compartir los resultados con el colaborador y diseñar un plan de crecimiento profesional.
Seguimiento. Para que la evaluación esté completa, debe realizarse constantemente, esto brindará un acompañamiento al colaborador, con el fin de ayudarle a seguir el plan trazado y orientarle de cara a los objetivos fijados con anterioridad.
Todas estas técnicas son fáciles de gestionar si se cuenta con las herramientas digitales que permitan el análisis de big data, la estandarización de indicadores, creación de formularios institucionales para las entrevistas con los evaluadores, así como un seguimiento personalizado al plan de cada colaborador.
En GDM somos expertos en brindar soluciones tecnológicas ideales, no sólo para la evaluación 360, sino para cada tarea relacionada con la gestión del personal, si te gustaría conocer más al respecto, no dudes en contactarnos y solicitar una asesoría sin costo.